domingo, 17 de febrero de 2013

77 Aniversario del triunfo del Frente Popular: hoy como ayer, la única alternativa es crear Poder Popular






El estudio de la década de los  años 20 y fundamentalmente los años 30 del siglo XX nos deben servir para situar claramente los orígenes del peculiar fascismo español, que se conformará en  los más de 40 años de dictadura totalitaria franquista. Estas décadas serán además testigos de la consolidación de un potente movimiento obrero europeo que con nuevas formas de organización elevarán su conciencia pasando de la mera lucha económica al intento de  destrucción del capitalismo y la conquista del poder político. En contraposición a estas situaciones prerrevolucionarias asistiremos a la aparición del fascismo como la vía radical de acción contra la revolución social, tratando así de asegurarse la conservación de su condición de clases dominantes por parte de la burguesía europea.

Cuando se suceden las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931, con la victoria de republicanos y socialistas en las principales ciudades españolas, se produce un cambio sustancial en la situación de las derechas españolas. En primer lugar se produjo una auténtica desbandada en las filas de la vieja derecha monárquica, lo cual permitiría  una renovación doctrinal y organizativa a los largo de los años siguientes, actualizándose a un contexto europeo y nacional que nada tenía ya que ver con la década pasada.

El periodo que abarca del 14 de Abril de 1931 al 18 de Julio de 1936 fue sin ningún lugar a dudas un tiempo convulso de anhelos y esperanzas pero también de odios y frustraciones. La república burguesa significaba ya de mano un cambio hacía la modernidad, que para unos implicaba un proceso de reformas democráticas y para otros  preconizaba la  tan temida revolución social. Mientras la democracia republicana tan solo suponía un valor absoluto para los minoritarios partidos republicanos burgueses, las derechas contemplaron el proceso como una consecuencia del parlamentarismo liberal que la dictadura de Primo de Rivera trato de amordazar por la vía autoritaria. Es por eso que las derechas acabarán condenando indistintamente la república, la democracia burguesa y la revolución social, dado que la denuncia de la “radicalidad” del reformismo republicano condujo a cuestionar su carácter democrático y hasta la identidad nacional convirtiéndola en el origen de todos los males de la “anti-España”.

Será en esta primera época cuando  se cree Acción Española, alrededor de la cual se organizaron los primeros proyectos conspirativos y reaccionarios que tendían hacía la formación de un golpe de estado que derroque al gobierno democrático. Es también  el momento en el que el carlismo va a empezar a reorganizarse, y se producirá la aparición de las primeras organizaciones de calado fascista. Tras la desarticulación de la sanjurjada en 1932 los conservadores monárquicos terminarán por desintegrarse, tomando el relevo las tesis  más pragmáticas. El cambio de táctica de las derechas en torno al accidentalismo les llevará a un  crecimiento  en las elecciones de Noviembre de 1933. La violencia política de la derecha se concentró durante el bienio radical-cedista en intentar desmontar las reformas emprendidas en el bienio anterior y en la acción política contra las organizaciones, partidos y sindicatos obreros. La CEDA  finalmente no conseguiría  sus objetivos, terminando en fracaso su tentativa legalista, llevando a un mayor radicalismo a gran parte del movimiento conservador español3, abandonando definitivamente las vías democráticas para alcanzar el poder. En febrero de 1936 con el triunfo en las elecciones de la coalición antifascista del Frente Popular, comenzará el periodo más violento de la corta vida de la II República,  dando pie al desarrollo de verdaderas estrategias desestabilizadoras que culminarán con el golpe de estado militar del 18 de Julio de 1936.

En este dramático contexto el Partido Comunista, que ya había apoyado, aunque de forma tardía, las Alianzas Obreras, propone la creación del Frente Popular. Este gran instrumento de las clases populares estará formado por comunistas, republicanos de izquierda y socialistas. Incluso el movimiento anarcosindicalista de la  CNT, que no participará ,sí que dio un relativo apoyo llegando a pedir el voto a sus miembros. Con la ajustada victoria del 16 de febrero de 1936 el Frente Popular retoma las reformas del primer bienio que habían sido eliminadas o paralizadas por el anterior gobierno reaccionario. Se expropiaron latifundios, aumentó el asociacionismo obrero. Hubo el mayor esfuerzo educacional de la Historia española con la creación de bibliotecas ambulantes y el desarrollo de las escuelas públicas y mixtas. Se combatió la violencia de clase de terratenientes y  fascistas, y el Estado hizo efectivo el artículo 26 de la Constitución asumiendo por fin una laicidad total. 

Pero hay que tener presente que el Frente Popular no era  precisamente una coalición obrera, recogiendo en su seno a partidos republicanos que no defendían precisamente la emancipación  de la clase trabajadora. Esta composición interclasista hizo que el programa del Frente Popular no fuese realmente mucho más allá de las reformas de 1931 y contemplase varias medidas contrarias a los intereses de la mayoría social. Aun así, no se puede negar el gran avance que supuso para las clases populares, consolidando así una verdadera alternativa de unidad antifascista y de construcción de poder popular que debe hoy iluminar a las nuevas generaciones 77 años después.

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